Agencias
"Como si de una película mala se tratara, vuelve Carlos Ortega a la palestra. Una de las caras visibles del paro petrolero 2002-2003 que produjo cientos de muerte en Venezuela y pérdidas de más de 100 mil millones de dólares reaparece envejecido y con pocas fuerzas, pero con el mismo odio al país que siempre ha tenido. El corrupto ex dirigente sindical, ficha del recordado corrupto Antonio Ríos, ha vuelto esta vez para vaticinar, 18 años después de aquel aciago paro, que esta vez el paro petrolero que EEUU ha tratado de inducir mediante sanciones (que comenzaron en 2011), mala prensa y persecución judicial y financiera, esta vez sí logrará su cometido. En el camino de violencia que esta gente ha volcado contra el país, miles han muerto directa o indirectamente. Solo hay que ver la contabilidad que hacen prestigiosos economistas de EEUU con J. Sachs, acerca del impacto humano de las sanciones únicamente en el período 2017-2020 para darse cuenta de la cuantía del crimen y dle genocidio que han perpetrado. El otro pitonizo es Toro Hardy, un corrupto que se enriqueció con sus conexiones con PDVSA durante los gobiernos puntofijistas" señala un analista y experto petrolero zuliano consultado a condición de mantener su nombre en reserva.
Los acuerdos entre Venezuela e Irán fueron firmados entre El Aissami y directivos del Consorcio Khatam, un conglomerado de empresas Iraní que también construye refinerías de petróleo.
De hecho, las piezas para reconstruir la Unidad de Fraccionamiento y Craqueo Catalítico (FCC), que han llegado a Paraguaná a través de varios vuelos del aerolínea iraní Mahan Air, fueron provistos por el Consorcio Khatam.
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La Refinería de Amuay, la más avanzada de las dos que operan en el Complejo Refinador Paraguaná, “es el lomito de las refinerías de Venezuela”, dijo Carlos Ortega, ex dirigente sindical que trabajó en el pasado en el complejo refinador.
Sin embargo, agregó Ortega, la operación para reactivar el complejo de Amuay para producir gasolina será extremadamente complicado y requerirá «muchos millones de dólares».
“El primer problema es que toda la refinería está construida con tecnología norteamericana”, detalló Ortega.
Adicionalmente, para poner a funcionar el complejo es necesario tres componentes claves: agua en cantidades industriales, plantas de generación eléctrica dedicada, y personal altamente especializado. “Y en Paraguaná no hay ni agua ni electricidad suficiente para una refinería”, acotó Ortega, que es nativo de esa zona.
“Una refinería no se puede reparar con parchos”, advirtió el experto petrolero José Toro Hardy, en un mensaje en su cuenta de Twitter, @josetorohardy.
El "experto" dijo que estuvo presente en la reinauguración del Complejo de Refinación Cardón (PARC), en 1996, que terminó integrando las refinerías de Cardón y Amuay en un solo gran complejo que para 1997 procesaba cerca de un millón de barriles de crudo para producir gasolina y productos.
“Su diseño era único y su tecnología la más avanzada. Dudo que funcione con parches iraníes. Nada hay más complejo que su planta de craqueo catalítico”, puntualizó.
El Consorcio mixto Khatam El-Anbiya controla más de 800 empresas registradas dentro y fuera de Irán, y tiene una fuerza de trabajo de 25 mil ingenieros y personal administrativo.
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